El asteroide Bennu, conocido por contener los ingredientes esenciales para la vida, también es una de las mayores amenazas para la Tierra.
Inicialmente, gracias al Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides, una red global de telescopios financiados por la NASA para encontrar objetos que amenacen la Tierra, pudimos conocer que el asteroide 2024 YR4 se colocó el primero en la lista de los asteroides potencialmente peligrosos para nuestro planeta. Pero este otro asteroide, mucho más conocido, sigue siendo un objeto de interés debido a su composición y su trayectoria cercana a nuestro planeta.
Asteroide Bennu: ¿qué sabemos del tercer objeto más peligroso para nuestro planeta?
Bennu es un asteroide de aproximadamente 500 metros de diámetro y 74 millones de toneladas de peso, que orbita alrededor del Sol en una trayectoria que ocasionalmente lo acerca relativamente a la Tierra. En estos momentos está calificado como un “asteroide potencialmente peligroso” (PHA por sus siglas en inglés). Y, aunque la información disponible hasta el momento sugiere que la probabilidad de un impacto directo es más bien pequeña, la proximidad de su trayectoria en los siglos futuros subraya por qué es importante no dejar de monitorizarlo.
Se trata de una roca espacial bastante popular, ya que la NASA confirmó hace tan solo unos días que las muestras examinadas de Bennu gracias a la misión Osiris-Rex, portan los ingredientes para la vida: las cinco “letras” que forman los códigos genéticos de la vida (ADN y ARN), además de minerales ricos en carbono, azufre, fósforo, flúor y sodio.
¿Qué pasaría si un asteroide como este chocara contra la Tierra?
La historia de nuestro planeta no está exenta de estos encuentros cósmicos. Sin ir más lejos, el histórico objeto que creó el cráter de Chicxulub y acabó con los dinosaurios hace unos 66 millones de años es un ejemplo de ello. Aunque este bastante más pequeño, si un asteroide del tamaño de Bennu chocara con la Tierra, el resultado podría conducir a una devastación local o incluso regional, dependiendo del ángulo, la velocidad y la composición exacta del objeto impactador.
Un equipo de científicos ha llevado a cabo una serie de simulaciones en superordenadores para comprobar cuáles serían esas potenciales consecuencias del impacto de Bennu. Todo lo que se encontrase cerca de la zona de impacto acabaría destruido. Según el estudio, publicado en la revista Science, estos serían algunos de sus efectos:
- La inyección de grandes volúmenes de polvo en la atmósfera provocaría un “invierno de impacto” similar a otros eventos de oscurecimiento solar (como inviernos nucleares o erupciones volcánicas masivas).
- La temperatura bajaría hasta 4 ºC a nivel global; las precipitaciones se reducirían un 15% y la capa de ozono vería una disminución del 32%.
- El oscurecimiento del planeta provocaría un gran descenso de la fotosíntesis terrestre (−36%) y marina (−25%), afectando la seguridad alimentaria global a corto plazo.
- El frío extremo se prolongaría más de 4 años tras la colisión del asteroide.
- Los astrónomos seguirán vigilando el asteroide y esas observaciones proporcionarán más puntos de datos para los cálculos orbitales. A medida que la órbita se vaya restringiendo, el porcentaje de incertidumbre disminuirá y podremos contar con información más fidedigna acerca de si la Tierra está realmente en peligro por esta roca espacial. Actualmente, se estima que hay un 0,037 % de posibilidades (una probabilidad de 1 entre 2700) de que el asteroide Bennu colisione con la Tierra en el año 2182.
- La mayoría de las veces, tal y como han expresado los científicos en numerosas ocasiones, esas observaciones de seguimiento revelan que el asteroide pasará pacíficamente, sin suponer un peligro para la Tierra. Y es lo que se espera para esta roca espacial.
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