El INDEC difundió este miércoles los valores actualizados de la Canasta Básica Total (CBT) y la Canasta Básica Alimentaria (CBA), correspondientes a abril de 2025, el mismo día en que dio a conocer la inflación del mes. Según el organismo, los números reflejan subas más moderadas que el IPC, pero siguen marcando un piso cada vez más alto para miles de hogares argentinos.
La Canasta Básica Total, que contempla no sólo alimentos sino también otros gastos habituales como ropa, transporte, salud y educación —es decir, lo que define si un hogar es pobre o no—, trepó 0,9% respecto de marzo. Con esa suba, una familia tipo —dos adultos y dos menores— precisó $1.110.063 para no caer bajo la línea de pobreza.
En tanto, la Canasta Básica Alimentaria, que se utiliza para medir la indigencia y sólo toma en cuenta lo mínimo necesario para comer, registró un incremento del 1,3%. Así, esa misma familia necesitó al menos $502.291 en abril para poder alimentarse sin ser considerada indigente.
Ambas canastas mostraron aumentos bastante más bajos que el índice de precios al consumidor del mes, que fue del 2,8%. A nivel interanual, la CBT acumuló una suba del 34%, mientras que la CBA subió 34,6%.
El INDEC también detalló distintos ejemplos de hogares y sus necesidades mínimas. Una familia de tres integrantes —una mujer de 35 años, su hijo de 18 y su madre de 61— requirió $883.740 para no ser pobre y $399.882 para cubrir su alimentación básica.
Otro caso: un hogar de cinco personas, con una pareja de 30 años y tres hijos pequeños (de 5, 3 y 1 año), tuvo que contar con ingresos de $1.167.542 para mantenerse por encima de la línea de pobreza, y al menos $528.000 para no caer en la indigencia.
La conclusión es clara: aunque la inflación mostró una desaceleración en abril, el costo de vida sigue elevando el umbral mínimo que una familia necesita para no quedar excluida del acceso a lo más básico.
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