En medio de un contexto mediático cargado de polémica, el Presidente Javier Milei se mantuvo firme al evitar referirse a las acusaciones de corrupción que afectan a su entorno familiar, particularmente a su hermana Karina Milei. Sin embargo, el mandatario sí se mostró dispuesto a hablar sobre rumores personales que circulan en los medios, mostrando un costado más frívolo y menos importante.
Durante su participación en el programa Sálvese quien pueda, conducido por Yanina Latorre, la periodista abordó temas más livianos y de interés del público en general. Latorre le consultó directamente sobre su relación con la humorista Fátima Flórez: “¿Volviste con Fátima?”. Milei respondió de manera tajante que no, describiendo la reconciliación como “imposible” debido a diferencias personales, pero aclaró que mantiene con la artista “una excelente relación de amistad”.
La interacción mostró un lado más informal del presidente, quien no dudó en referirse a los chimentos que suelen circular en torno a su vida privada, aunque evadió por completo cualquier comentario relacionado con los señalamientos de corrupción que involucran a su hermana y que continúan generando repercusión en la prensa.
Según explicó Yanina Latorre, tras intercambiar saludos y mensajes con el mandatario, surgió la oportunidad de preguntarle sobre los rumores de reconciliación, a lo que Milei contestó con claridad y sin rodeos. Esta actitud pone de manifiesto que, mientras mantiene distancia respecto a cuestiones legales y escándalos familiares, sí está dispuesto a aclarar la información sobre su vida personal cuando los medios lo consultan directamente.
Con esta postura, Milei logra mantener el foco en su imagen pública frente a los rumores de chimentos, dejando las acusaciones de corrupción en un segundo plano y mostrando que, al menos en lo personal, prioriza mantener relaciones cordiales y amistosas con personas de su entorno mediático y artístico.
Sin embargo, la crítica que surge de su comportamiento es clara: mientras el país enfrenta cuestiones importantes y desafíos urgentes, el presidente parece concentrarse más en la “pavada” de los rumores y la vida privada de los personajes públicos que en los temas centrales que afectan a la ciudadanía.
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