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El trabajo se torna cada vez más precario: 4 de cada 10 empleados en relación de dependencia no están registrados

La informalidad laboral sigue siendo elevada, alcanzando niveles comparables a los de los años 2008 y 2010, mucho antes de la pandemia.

Según un reciente informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas, el 36,4% de los asalariados en Argentina trabaja en condiciones de informalidad. En otras palabras, cuatro de cada diez trabajadores en relación de dependencia no cuentan con registro formal.

El estudio, dirigido por Roxana Maurizio y Luis Beccaria, refleja una leve disminución interanual de la informalidad, con una caída del 0,4% en el primer trimestre de 2024. No obstante, esta ligera mejora no es suficiente para modificar el panorama de inestabilidad laboral que atraviesa el país.

A pesar de esta reducción, la tasa de informalidad continúa siendo preocupante, manteniéndose en niveles similares a los observados en 2008 y 2010, antes del impacto de la pandemia.

La informalidad: una realidad que discrimina por género y edad

El informe también subraya que la incidencia de la informalidad varía considerablemente según el género. Durante el primer trimestre de 2024, el 37,2% de las mujeres asalariadas trabajaba de manera informal, superando por tres puntos porcentuales la tasa de los hombres, que se situaba en un 34,2%.

Aunque los hombres representan el 54% del empleo asalariado total, las mujeres enfrentan mayores dificultades para acceder a puestos formales, lo que las coloca en una situación de mayor vulnerabilidad.

Asimismo, los jóvenes son los más golpeados por la informalidad. Casi el 58% de los trabajadores menores de 30 años no están registrados en la seguridad social, lo que significa que seis de cada diez jóvenes asalariados carecen de derechos laborales básicos. Esta realidad perpetúa la inestabilidad y la baja calidad del empleo entre los sectores más jóvenes.

La informalidad: un golpe a la estabilidad laboral y a la calidad de vida

El impacto de la informalidad trasciende el ámbito laboral y afecta profundamente las condiciones de vida de los trabajadores. Un estudio de la consultora Invecq revela que en el primer trimestre de 2024, el 66,3% de los trabajadores informales vivía por debajo de la línea de pobreza, y el 23,9% se encontraba en situación de indigencia.

En contraste, solo el 29,5% de los trabajadores formales eran pobres, y menos del 5% se encontraban en la indigencia. Además, un informe de Fundar señala que los empleados formales ganan, en promedio, un 45,6% más que sus pares informales, lo que evidencia aún más la disparidad en términos de ingresos y calidad de vida.

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